miércoles, 20 de marzo de 2013

Rutina

Abro el blog y me doy cuenta de que hace 15 días no escribo en él. Me pongo a pensar la causa y coincide con el inicio de la rutina, casi fija, de este 2013.

Digo casi porque si hay algo que no me gusta es la rutina.
La rutina así, dada sin condiciones, sin grises y cumplida al pie de la letra. Trato de cambiarla siempre, yendo por otra calle en la bici, tratando de encontrar otras sombras en días soleados y calurosos, o de saltar otros charcos en días de lluvia. De hecho, si hay algo por lo que me gustan los días de lluvia, es por eso. Uno, indefectiblemente, tiene que cambiar. Ir en otro transporte al habitual, o estacionar en otro lado del habitual, llegar en otros horarios, salir en otro horario, ver a otra gente, las caras mojadas y hasta enojadas del colectivo, los pisos mojados en el trabajo, los trapos de pisos que nunca están en la puerta, te dan ahora la bienvenida. La gente corre (mas de lo habitual), usa otra ropa.
Odio la rutina y trato de no seguirla, sólo en lo sumamente necesario: horarios de clase o laborales. Y aún así, la actividad que realizo en esos horarios tienen que ser distinta a la del día anterior.

Seguir la rutina, para mi, es meter un orden inquebrantable a las cosas. Algo más que está ahí y no se puede cambiar. Algo que nos impide, si algo sale distinto, a sonreír.

1 comentario:

Automne dijo...

Ah là là, la rentrée... qué cosa fea. Jajaja
Besotes y allez!