jueves, 22 de julio de 2010

Doné sangre.

Por primera vez... Una vez había ido a donar a un laboratorio privado, y porque tenía un poquito de mocos no me habían dejado. Esa vez era donante para mi abuelo.
Hoy por la mañama fuimos al Hospial público por mi amiga, con su novio, Mariano. Pensé que nuevamente me rebotarían por mi estado moqueante continuo (y común para mi en esta época), pero no, me dejaron: llenamos la planilla (extensísima planilla), al principio media complicada porque había que tachar la opción incorrecta... y, con el sueño de las 8.15 de la mañana, con Mariano no logramos entenderlo rápido y llegada casi la quinta pregunta, teníamos unas cuantas enfermedades encima e íbamos derecho a un rechazo de donación por tachar el NO... hasta que nos dimos cuenta.

El resto fue bastante rápido y menos traumático de lo que pensaba (que ya era poco traumático). Las explicaciones mediantes de la enfermera que nos atendió, la aguja gruesota, cerrar y abrir el puño... mirar la sangre llenar la bolsita.
Preguntándole a la enfermera sobre algunas cuestiones (un poco por curiosidad, otro poco para hablar porque capaz inconcientemente estaba un poco cagada) aprendí que te extraen 450 ml. que se suman a los 50 de anticoagulante que tiene la bolsita, haciendo así medio litro de sangre de los 5 de que tenemos en el cuerpo; que el factor más difícil de conseguir son los negativos, y junto a eso, el grupo A es el menos común también; que no hay que doblar el brazo una vez que te sacan la aguja, porque la vena que se pincha es de mayor calibre que la que se utiliza comunmente para las extracciones para análisis, y es por eso que si se dobla puede lastimarse de nuevo dicha venita; que la sangre que te sacan es más oscura porque es venosa y no arterial, y esa sí es más roja carmesí.

Entendí además que es una boludez ir a donar sangre y que voy a proponerme hacerlo una vez cada 6 meses como recomiendan... No tenés que hacer cola, sólo tenés que llenar un papel (que una vez que captás hay que tachar la que no es, lo hacés rapidísimo), que te acostás en unas sillas grandes y reconfortables a las 8 de la mañana y podés seguir descansando, que te dan el día libre de laburo si pedís un certificado... en fin, uno de los trámites más rápidos que se pueden hacer hoy día (sino el más rápido). Y lo más importante, que alguien puede el día de mañana necesitarla y usarla, aunque tu sangre sea 0 +, la más común de las sangres :P

jueves, 8 de julio de 2010

Invento.

Caminando de vuelta a casa, hoy cerca del mediodía, veo en una agencia de quiniela: Hoy día de Santa...(no me acuerdo), día del inventor.
Me acordé de esta nota de la Wiki que me compartió Adrián ayer, sobre inventores muertos por sus propios inventos (o sea, una suerte de suicidio más elaborado, me parece).

Pero buscando en la web me encuentro con que el día del inventor en Argentina se celebra, desde 1990, el 29 de septiembre. La fecha conmemora al nacimiento de Ladislao José Biró, inventor del bolígrafo, más conocido como birome.
La fecha la impulsó la Escuela Argentina de Inventores.
Pero Biró, nacido en 1899 en Hungría, nacionalizado argentino años más tarde cuando se instaló en Buenos Aires, es inventor de muchas otras cosas útiles :

· la caja automática de velocidades para automóviles;
· el perfumero a bolilla;
· una cerradura inviolable, posteriormente utilizada por Scotland Yard;
· ¡el lavarropas automático!; y muuchas cosas relacionadas al invento que lo hizo conocido: la tinta para biromes, las máquinas para fabricar bolígrafos automáticamente, el retractor automático para bolígrafos...

Yo, con el lavarropas automático ya le hubiese puesto un día en su honor.



miércoles, 7 de julio de 2010

Ya que tenemos la vista en África.

tenemos muchas cosas para ver, además del fútbol.

Conocido es el tema del Apartheid en Sudáfrica. Pero las historias detrás de esto, así como las que se ocultan aún hoy detrás del racismo norteamericano, son miles... todas interesantes. Y horribles. Y después tenemos las de los distintos tipos de discriminación que sucedieron en todos los tiempos, y siguen sucediendo en todo el mundo, en pleno siglo XXI.

La nota que me compartió Marbot por mail, y que me llevó a la historia de Sandra Leing, es la de un periodista a principios de la década del '50 que tiñó su piel de negro para contar en primera persona la discriminación racial que había en el sur de los Estados Unidos, en una nota épica.
1- Nota extendida, acá.

2- La historia de Sandra Lein, negra e hija de blancos ultraconservadores y prosélitos delApartheid, enterita acá. (Se viene la película de esta historia real, Skin).

Ambas dos de kurioso.es