martes, 17 de julio de 2012

Gym.

Creo que nunca voy a aceptar la idea de ir a un gimnasio. Música caribeña y reggaeton todo el tiempo, chicas con las calsitas apretadas y colas paradas. Y las otras, las gorditas, que miran al frente y se mueven como si fueran diosas, y te miran como diciendo: "¿recién venís a un gimnasio? Mirate lo gorda que estás".
Además, el instructor/a, dándote órdenes... no lo soporto. Me hace acordar a las épocas de cuando era chica e iba a básquet y el entrenador era un completo pelotudo, ordenándote qué hacer, cómo y cuándo.

Todo desde mis más completo desconocimiento y prejuicio de un gimnasio, ya que nunca fui a uno.
He dicho

2 comentarios:

Sabina dijo...

jjajajaja qué malas experiencias has tenido!
Si bien la pelotuda de culo parado y calzas de marca está en casi todos, creo que podés encontrar un gimnasio acorde con vos. Pedi presenciar clases antes de inscribirte así no te decepcionás con la cuota ya paga.

Y sino... caminata por La Defensa a la siesta de los inviernos y durante las tardecitas de verano.

Bici por toda la ciudad.

Trote tranqui en el velódromo.

Y si hace mucho frio o llueve, actividad física puertas adentro ;)

Chuli! dijo...

Jajaja justamente, lo que menos he tenido son experiencias! :P

Iba a poner que prefería: la bici para ir, venir e ir de nuevo a la facu, las caminatas con Marbot, y las corridas por ahora no, porque me dan pachorra jaja! Pero me gusta :)

Buen concejo el tuyo Sabito! Besitos a los 3