martes, 26 de febrero de 2013

Ansiedades*

Terminaba febrero y el momento se hacía cada vez más palpable. Las cosas se iban comprando, las viejas restaurando y volviendo a poner en la cartuchera. Las lapiceras de colores parecían más brillantes, la goma era más blanca de lo que la recodábamos del año pasado. El olor a hojas nuevas, una vez que se sacaban del film transparente. La mochila, nueva o tal vez remendada en alguna esquinita. La remera nueva, el guardapolvos nuevo. Las ansiedades nuevas. Todo listo para usar.
Todo iría perdiendo color, olor y gusto a lo largo de los días y los meses, y las ansiedades se irían transformando en ganas de guardar todo de nuevo, para estar de vacaciones, llegando junio.

* Me acordé de las ansiedades que tenía los días previos a empezar las clases, cuando era chica. Aún hoy, días antes de arrancar de nuevo la cursada de la facu, limpio la cartuchera y pongo todo en orden. Amo el olor a hoja nueva, a cuadernillo nuevo. Todo tan blanco y presto a usarse. Me acordé por el estado en facebook de una profesora de la facultad, madre de tres: "ya armamos las bolsitas del jardín, para bajar el nivel de ansiedades... :-)"

viernes, 22 de febrero de 2013

Comidas

Cuando el verano va llegando a su mes de vida, los almuerzos y las cenas empiezan a ser toda una problemática. Al menos para mi.
Después de hartarme del atún, el arroz, las ensaladas de papa con huevo, las de lechuga y tomate, las de zanahoria y algo, los sandwichs de tomate, queso y atún y, en un ataque desesperado, de las hamburguesas también, y ni hablar de las pizas acompañadas con cerveza, empiezo a desear la llegada del invierno. O al menos del otoño, donde con poner unas papas, una zanahoria, un caldo y un poco de salsa con algo en una olla, solucionas todo el problema.

domingo, 10 de febrero de 2013

Citas

Cuando leo, me van gustando párrafos u oraciones que, si tengo a Marbot al lado, se las recito en voz alta y si no, las marco en el libro para compartirlas después. Lo hice en su momento con Notre-Dame de Paris, que me dejó vaarias cosas para compartir. Acá, acá, acá y acá, tenés algunas.
Ahora, comparto algunas de un par de libros que he leído en este verano.


"El administrador buscó en las casillas clasificadas. Cuando acabó de leer repuso las cartas en la letra correspondiente pero no dijo nada. Se sacudió la palma de las manos y dirigió al coronel una mirada significativa.         
—Tenía que llegarme hoy con seguridad —dijo el coronel.         
El administrador se encogió de hombros.         
—Lo único que llega con seguridad es la muerte, coronel."*

"Así es la vida.         
—Así es —suspiró el coronel—. La vida es la cosa mejor que se ha inventado."*

"—Es un gallo contante y sonante —dijo. Hizo cálculos mientras sorbía una cucharada de mazamorra—. Nos dará para comer tres años.        
 —La ilusión no se come —dijo ella.         
—No se come, pero alimenta —replico el coronel—."*
* El coronel no tiene quién le escriba. Gabriel García Márquez.


Y ésta particularmente me encanta, porque además de haberme enamorado de las historias de Sherlock Holmes (recomiendo Estudio en Escarlata y Las Aventuras de Sherlock Holmes), encuentro que dos por tres tira frases en francés. En esta, citando a dos grandes autores franceses:

"L'homme c'est rien, l' oeuvre c'est tout(*), como escribió Gustave Flaubert a George Sand."
(*El hombre no es nada, la obra lo es todo)
Las Aventuras de Sherlock Holmes. Arthur Conan Doyle.

viernes, 8 de febrero de 2013

L'été

Sensaciones que me encantan del verano, que extraño durante el año y espero para volverlas a sentir cuando llegue la temporada estival: (aclaro, muchas son de mina, me faltaría el aporte masculino!)

- llegar sudorosa del río, con arena en las patas, el pelo hecho un nido de carancho... prender la ducha un poco más calentita que de costumbre y bañarse con todo el tiempo. Ponerse cremita, perfume y eso. Sentarse bajo el ventilador con la cabeza mojada.
- la brisa de río en la cara, cuando es con un libro en mano y las patas en la arena, mucho mejor.
-estar muy muy acalorada y empezar a meterse al agua (acá pueden ir varias categorías: mar, río, piscina, pelopincho) y bajarle unos cuantos grados al cuerpo.
- las noches de verano, con un vasito con algo frío dentro.
- meterse alcohol boricado en los oídos, después de haber estado con agua en ellos toda la tarde.
- envolverse en una toalla limpia cuando salís del agua muerta de frío.
- sacarse la maya mojada y quedar con remera sola.
- la sensación de frescura el último día del ciclo menstrual, cuando dejás de usar la calurosa toallita.
- pintarse las uñas de los pies.
- el olor al bronceador de coco.
- ponerse repelente una tarde llena de mosquitos.
- tomar agua con mucho hielo.
- chupar el hielo.
- andar en patas en el piso de casa limpio.
- regar las plantas.
- comer ensaladas requete frías.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Guiños

Cosas que me encanta y me sacan una flor de sonrisa son esa pavaditas que algunas personas hacen igual que nosotros. Me explico: gente que no conocemos, de las que no sabemos ni el nombre ni nada, y hacen, muestran, o denotan ciertos gustos parecidos a los nuestros. Por estos días vi dos, ¿a ustedes les ha pasado?

En una playa dos señoras leían a unos metros de nuestra ubicación. Cuando me pongo los anteojos (que salvan mi miopía) veo la portada de uno de los libros: el primero de la saga de Canción de Hielo y Fuego, de la cual yo voy por el 3.
Andando en bici, cerca de mi casa, me crucé con un chico que llevaba una remera blanca con una Torre Eiffel estampada en ella.

viernes, 1 de febrero de 2013

Nunca


Y en ese mundo lejano, muy lejano, un día estuvieron todos juntos: los taxistas, los peluqueros, los vecinos, los periodistas de la tele, los conocidos que se encontraban dos por tres en las calles para tener charlas de compromiso, los pacientes que esperaban fuera del consultorio de los doctores, los que compartían los ascensores, los conocidos de los amigos... todos.

Y todos, en ese mundo lejano, muy lejano, hablaron de filosofía, de teatro, de música, de cine, de literatura, de páginas web interesantes, de colores, de diseño, hablaron en otros idiomas, de viajes, de playas, de juegos, de amor, de amistad, de autos, de casas, de comida y gastronomía, de astronomía, del cosmos, de física y química, de biología, de historia...

... de todo hablaron, pero nunca, nunca, nunca, hablaron de cómo estaba de loco el tiempo.