jueves, 31 de enero de 2013

Imaginando

En un foro en facebook, donde la gente comenta libros que ha leído, agrega datos sobre los autores y habla de literatura en general, hice un post sobre el libro Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury. Una señora comentó que no le gustaban los libros de ciencia-ficción. Y agregó 'ni siquiera el cine de ciencia-ficcion me gusta. en realidad no me gusta nada que no sea creíble  tampoco la fantasía  libros del tipo Señor de los anillos, Los juegos del hambre, etc.'

Me quedé pensando si justamente ese propósito no es el principal de la literatura: hacer de lo increíble algo real (al menos en nuestras mentes). ¿Tiene sentido la literatura si carece de esta característica (sea o no ciencia-ficción)?

sábado, 19 de enero de 2013

Abuelos


Afuera, la siesta interminable creaba pequeños oasis en los árboles de la vereda. Oasis que nadie usaba, porque a la hora de la siesta, bien se sabe por estas zonas, se hace siesta. Todos, sin ningún pero y sin chistar, esa hora, hora y media, dos, se tenía que dormir. Sobre todo en esa casa.
La retenía adentro la habitación fresca, gracias a la oscuridad y las paredes de barro, las sábanas lisas por el uso y con ese olor particular. Además, la idea de salir de allí tropezaba con la mirada entredormida de la abuela, justo en el paso antes de la puerta de salida. Así y todo, el camino era conocido y nada podía interferir con la libertad.
Dos pasos hasta el borde, cinco o seis para la punta de la cama, y otros tantos hasta la puerta sin cortinas ni abertura. Otro pasito más, con más silencio que el que venía logrando y abrir la puerta alta de madera con un leve rechinar de sus bisagras, que no era ruido ante los ronquidos del abuelo, durmiendo en el cuarto de al lado, el de invitados.
Afuera también estaba oscuro, pero era una oscuridad marrón gracias a la cortina. La cocina, con ese olor a verduras hervidas y a carnes, el piso desigual y el aparador de vidrio. En el comedor, el mueble que despertaba la curiosidad... tacitas y vasos chiquitos, de esos que el abuelo hace rato no usaba con un licor dentro, las copitas de igual tamaño, las tizas. Los piolines y las cartas, los mantelitos. En la mesa, la birome y la tira de papel apenas manchada con los números del chinchón del día anterior daban lugar al juego. El florero con esas flores siempre entre frescas y marchitas, con el olor característico.
Aunque la puerta del frente de la casa estuviese cerrada, no era un impedimento para que levantarse en silencio a la siesta en la casa de mis abuelos, no fuera divertido...*

* Estos días estuve durmiendo con una almohada a la que mi vieja puso una de esas sábanas heredadas de la abuela y, ante la charla de postres y manzanas al horno, recordé el olor de esas que hacía mi abuela en el horno de barro. Olor que nunca volví a sentir, por más bueno que fuese el cocinero.

viernes, 11 de enero de 2013

Tiempo libre

Los sobrinos de Mario regresaron de sus vacaciones en la costa atlántica argentina. Uno prendió la tele y se enfocó en cada una de las 42 pulgadas, el otro prendió la compu, se sentó frente a ella con el celular en el regazo. Nos preguntamos con Mario qué habían hecho en sus vacaciones a falta de estos aparatos electrónicos, hasta que Juli, el mayor se acercó y dijo:

" Me leí el último libro de Harry Potter: 700 páginas en 3 días... ¡re zarpado!"

Y tuvimos una parcial respuesta a nuestra pregunta.



lunes, 7 de enero de 2013

Igual

Con las sorpresitas de los cumpleaños de niños pequeños y otras compras de 'antojo', he caído en la cuenta que las siguientes son las golosinas que siguen manteniendo su sabor intacto, desde hace (por lo menos) 20 años, que es de lo que puedo tener recuerdo yo:
· Las gomitas (las comunes, redonditas o en forma de montañitas), las gomitas de menta (las triangulares), los Palitos de la selva, las pastillitas La Yapa y los chupetines Pop's (los clásicos, de palito amarillo).

No con tanta alegría, tengo que admitir que el gusto que tienen las siguientes, no me recuerdan nada a las de mi infancia, puesto que no mantienen el mismísimo sabor de antaño:
· Los Paragüitas, tengo mis dudas sobre los caramelos Ácidos (tal vez no haya ingerido la suficiente cantidad de chica, como para tener una referencia), los chocolatines (cualquier marca).